En una rueda de prensa celebrada en Nueva York el pasado jueves, el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, pronunció un contundente discurso instando a una acción climática inmediata, describiendo la situación actual como «la era de la ebullición global».
Guterres enfatizó la gravedad del problema al señalar que el aire se ha vuelto irrespirable, el calor es insoportable y la ganancia obtenida a través de los combustibles fósiles, junto con la inacción climática, es inaceptable. El discurso se produce tras el anuncio de la Organización Meteorológica Mundial, que declaró que julio de este año ha sido el mes más caluroso registrado en la historia.
El líder de la ONU hizo un llamado a los líderes mundiales, apelando a sus emociones y solicitando mayores fondos para abordar la crisis. Recordó el compromiso bajo el Acuerdo de París, donde los países ricos prometieron proporcionar $100 mil millones anuales a las naciones en desarrollo para combatir el cambio climático, una meta que no se cumplió en 2020.
Además, Guterres exhortó a los países miembros del G20 a establecer metas nuevas y ambiciosas para reducir sus emisiones de carbono. Propuso que los países de la OCDE abandonen el carbón para el año 2030, mientras que el resto del mundo lo haga para 2040.
Reacción del mundo a la Ebullición Global
El secretario general también destacó la importancia de la adaptación al impacto del cambio climático, mencionando medidas como la construcción de barreras contra las inundaciones y el diseño de ciudades que puedan resistir el calor extremo.
Desde la Casa Blanca, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, reaccionó a los datos extremos revelados, reconociendo el cambio climático como una amenaza y señalando que el calor extremo tiene un costo anual de $1,000 millones para el país. Biden anunció una nueva Alerta de Peligro por Calor para proteger a los trabajadores expuestos a altas temperaturas.
El discurso de Guterres subraya que la humanidad enfrenta una responsabilidad crucial en frenar la destrucción causada por el uso de combustibles fósiles, y destacó que la acción climática es una obligación, no un lujo. La evidencia científica respalda la relación entre el calentamiento global y el uso de combustibles fósiles, que atrapan la luz solar y crean un efecto invernadero alrededor de la Tierra, intensificando los fenómenos climáticos extremos.
El secretario general de la Organización Meteorológica Mundial, Petteri Taalas, enfatizó que la necesidad de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero es más urgente que nunca y que la acción climática es esencial para enfrentar la cruda realidad del cambio climático.
El discurso de Guterres concluyó con una poderosa llamada a la acción, instando a convertir un año de calor abrasador en un año de ambición abrasadora, acelerando así la lucha contra el cambio climático y sus devastadoras consecuencias. La ebullición global requiere una respuesta inmediata y concertada por parte de la comunidad internacional para salvaguardar nuestro planeta y nuestro futuro.
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