Una joven australiana vivió una experiencia traumática después de que le insertaran un implante anticonceptivo en su brazo. Sin embargo, lo que debería haber sido una solución segura se convirtió en una pesadilla cuando el dispositivo migró a su corazón, desencadenando una odisea médica llena de sorpresas y desafíos.
Cloé Westerway, quien ahora tiene 22 años, decidió optar por un implante anticonceptivo subdérmico en una clínica de Melbourne hace dos años. El procedimiento, común entre las mujeres, prometía ser seguro y eficaz. Cloé ya había tenido el implante a los 15 años, pero lo reemplazó con píldoras anticonceptivas debido a molestias menstruales.
Sin embargo, cuando comenzó a experimentar vómitos, acidez estomacal, sangrado abundante y palpitaciones cardíacas, se dio cuenta de que algo andaba mal. Visitó a su médico en busca de respuestas y, para sorpresa de todos, el implante ya no estaba donde debía estar.
En una conversación con un medio australiano, Cloé recordó su confianza en el procedimiento: «Cuando decidí hacerlo nuevamente, no estaba nerviosa en absoluto. Parecía realmente seguro, y la clínica realizaba estos procedimientos varias veces al día».
Pero, aparentemente, el implante no se insertó correctamente en ese momento. Cuando los médicos intentaron retirarlo, se llevaron una sorpresa impactante: la varilla de 4 centímetros se había movido hasta el ventrículo derecho de su corazón y luego hasta su arteria pulmonar.
Cloe compartió sus sentimientos en ese momento: «Los médicos quedaron absolutamente conmocionados. No tenían idea de qué hacer o qué decir, ni cómo iban a conseguirlo. Me dijeron que esto nunca había sucedido antes. Me quedé totalmente sin palabras y absolutamente aterrorizada».
Ahora, Cloé enfrenta una cirugía de pulmón para extraer el objeto, y en el peor de los casos, una cirugía a corazón abierto podría ser necesaria. La recuperación será dolorosa, y las tareas cotidianas serán un desafío. Cloé enfrenta un viaje lleno de incertidumbre mientras busca solucionar este extraño giro de los acontecimientos.
Esta historia ilustra la importancia de la atención médica adecuada y la necesidad de verificar regularmente la posición de los implantes anticonceptivos. Mantener una comunicación abierta con los profesionales de la salud es fundamental para garantizar la seguridad y el bienestar en situaciones como estas.
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