La música chilena se sume en luto con la triste noticia del fallecimiento de Carlos Fonseca, el apreciado manager de la icónica banda nacional Los Prisioneros. Según informes de La Tercera, Carlos Fonseca, de 62 años, perdió la vida.
Su círculo cercano reveló que el productor había estado luchando contra un cáncer de riñón.
Carlos Fonseca, quien pasó parte de su vida entre Lima y Buenos Aires, dejó un impacto perdurable en la industria musical chilena como creador del sello Fusión, donde desempeñó un papel fundamental en la promoción de una gran cantidad de talento local.
Sin lugar a dudas, su relación más destacada fue con Los Prisioneros, la emblemática banda de San Miguel. Además, Fonseca colaboró con artistas como La Ley, Inti-Illimani, Nadie, Emociones Clandestinas, Los Morton, Elso Tumbay y Pablo Herrera, entre otros músicos chilenos.
Es importante destacar que el productor desempeñó un papel fundamental en los primeros días de La Ley en 1988, financiando los demos del trío de su propio bolsillo y asegurando el lanzamiento de su primer cassette con la discográfica EMI, según informa el sitio de música nacional.
Asimismo, contribuyó al éxito de artistas como Ana Tijoux, Teleradio Donoso y Manuel García. Su labor en la industria musical permitió desarrollar un emergente circuito artístico en la década de los 80.
Los inicios de Carlos Fonseca
Carlos Fonseca inició su carrera como productor de conciertos en 1983, mientras estudiaba Licenciatura en Música en la Universidad de Chile. Fue en esta institución donde conoció al vocalista Jorge González, líder de Los Prisioneros.
Según Música Popular, Fonseca fue un pilar fundamental para la carrera de Los Prisioneros entre 1984 y 1991, convencido de que canciones como «La voz de los 80» y «Paramar» serían grandes éxitos.
En 1992, Fonseca acompañó a Jorge González en su aventura solista, cuando firmó un lucrativo contrato con EMI. Esta colaboración continuó hasta 1993.
Una década después de la separación de Jorge González, Claudio Narea y Miguel Tapia, Carlos Fonseca se encargó de organizar los masivos conciertos (31 de noviembre y 1 de diciembre de 2001) en el Estadio Nacional de Santiago, un tributo a la legendaria banda.
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